El trabajo con el niño interior implica explorar tu infancia para iniciar un proceso de sanación. Este enfoque aborda los patrones de comportamiento que se originan en abusos, negligencia emocional y traumas sufridos en la niñez. Se centra en la noción de que cada individuo es una combinación de diferentes versiones de sí mismo, emergiendo de diversas etapas de su vida.
El niño interior representa el aspecto interno de una persona que se forma a partir de las experiencias y recuerdos de la infancia. Este aspecto puede manifestarse con características positivas o negativas según las vivencias pasadas.
La curación del niño interior busca permitirte identificar más claramente tus propias necesidades, comportamientos y desencadenantes. Al sanar a tu niño interior, desarrollas un mayor sentido de autocompasión y fortaleces tu salud mental.
Es esencial en el viaje del despertar espiritual porque nos reconecta con una parte herida de nosotros mismos. Al reconectar con esta parte fragmentada, podemos comenzar a descubrir las raíces de nuestros miedos, fobias, inseguridades y patrones de autodestrucción. Aquí es donde ocurre la verdadera sanación y liberación.
Trabajar con el niño interior implica ir directamente al núcleo de nuestros problemas, revelando cuándo comenzaron nuestros miedos, fobias o patrones de vida. Esto es muy importante en el desarrollo personal porque nuestras heridas más profundas residen en nuestro niño interior original.
Este proceso implica contactar, entender, abrazar y sanar a tu niño interior, que representa tu ser original. El niño interior contiene la capacidad de experimentar asombro, alegría, inocencia, sensibilidad y alegría.
Si quieres encontrarte con tu niño interior, aquí te dejo una meditación con reflexiones que te pueden ayudar a iniciar el proceso.